lunes, 27 de agosto de 2007

Los Txicho´s

Los Txicho´s: heavy metal avulense

Warning: Explicit content. This chronicle may disturb, so take a seat and breath deeply before you read it, dick.

Buenas a todos. Acabo de llegar al trabajo, y tengo que decir que estoy hecho polvo. Este fin de semana como todos sabéis hemos estado el Papis y yo en el F.I.M. 2007: Festival Internacional de Muñopepe, pueblo de Jose(Odontólogo). Ya es la segunda vez que vamos, y creo que si todo se da bien para el próximo año por allí estaremos comiéndonos unos cuantos cerdos más.

Protagonistas principales:

Nuestros anfitriones, los Avil-Ewings:

1.- Jose: Abuelo, Odontologo, Nubarrón, Nuba Gris.

2.- Rubén: Demonio, Barrichelo.

3.- Avuela: Avu, Juan, Puta Gorda.

4.- Txiflis: Txi, primer miembro del grupo de guitarreo los Txicho´s.

5.- Chipo: Chopo, Rompepiernas, el pijo del cubata, segundo miembro de los Txicho´s.

6.- Javi: Folles, Enano, Peludo.

Los propios Ewing´s venidos de la tierra del hielo y el frío, del sol de medianoche, donde brotan las aguas calientes:

1.- Óscar Papis.

2.- Yo mismo, Ewing de los Ewing.

3.- La Metaleta: mi coche.

Más gente: familia de Jose, padres, tíos, abuelo, hermana y primos/as con sus respectivos/as, Ad-hoc (ín) y Sonso, Francesc de Gerona.

Objetos contundentes empleados: un amplificador de Chipo, una cuchara, una pinza, las contundentes rotondas de Ávila, una regadera sucia(y ahora más).

Bueno, pues el viernes por la tarde, tras la pertinente siesta, recojo al Papis. Tenemos la gran idea de comprar unas morcillas para ser ovacionados en nuestra entrada a Ávila. Vamos al Hipercor y tardamos 30 minutos en encontrarlas. También compramos un paquete de chicles de 40 porque yo sin chicles me quedo sopa en el coche.

Paramos en Rueda para comprar vino, donde es típico el vino blanco. Pues nosotros compramos tinto. Además a mí me llamó la señora Naturaleza a la puerta y tuve que mancillar el baño. Al salir la dependienta se estaba riendo, así como el Papis que vete a saber lo que la dijo.

Tras las indicaciones de Jose (que os mandé el otro día por mail), llegamos rápidamente a nuestro punto de destino: El Atomiko, bar en donde por una Voll-Damn y un zumo nos clavaron 5,50€. El sitio está bien, junto a la muralla, con una vista superchula.

Mientras esperábamos a Jose íbamos comentando lo bueno que hacía en Ávila y tal. De repente las nubes más negras que se han visto a este lado del meridiano de Greenwich cubrieron el cielo, con lo que ya sabíamos que Jose se iba acercando.

Para el que no haya entendido la última frase: Jose es conocido como Nubarrón, al atraer hacia sí el gafe de forma admirable. En cuanto se juntan varios miembros de su familia el desastre natural está asegurado.

Tras llegar José: saludos de rigor, jiji, jaja, ¿qué tal Nerea?, jojo, juju...

En el momento en que Jose puso la primera suela de su zapatilla en la calle, empezó a caer la mayor tromba de agua que se había visto hasta ese día (luego entenderéis porqué digo esto).

Quedamos con Chipo, Rubén y Francesc, compañero de curro de José, recién llegado de Gerona. Como en todas estas ocasiones empezamos a contar tonterías y anécdotas absurdas. La de la cachondina de vaca tuve que contarla unas cuantas veces a lo largo de todo el fin de semana, secundado, eso sí, por Paquito (Francesc), que había hecho lo mismo pero de forma más refinada.

Estuvimos por ahí de cañas y tapas, hasta que a las 4 de la mañana nos fuimos para el pueblo de Jose, acompañados de su prima Miriam y 200 kilos de cosas comestibles y quemables.

Llegamos al pueblo lloviendo de narices, y no había nadie por allí, ni verbena ni nada de nada. Esto no nos hizo bajar la guardia, y nos fuimos a la peña-chamizo de la familia a ver si podíamos volver a arrancar nuestra maquinaria de hacer el idiota.

Pues mira tú por donde que sí, lo conseguimos. Empezamos a hacer de todo. Cuanto digo de todo quiero decir: ¿os habéis sentido alguna vez como si el demonio os poseyera? ¿cómo si una fuerza ajena manejara vuestra mente? Si vuestra respuesta es afirmativa podéis suponer todo lo que hicimos. Si no es así, chavales, deberíais haberlo experimentado porque cada vez cuesta más que estas cosas pasen, que nos hacemos mayores y ya no estamos para muchos trotes.

Pues si llegamos a las 4 al pueblo, estuvimos hasta las 9:30 haciendo el chorra a discrección, con el amplificador de Chipo al máximo, haciendo el Benny Hill, jugando a la pirámide(yo no jugaba, hacía trampas sin más. ¿Recordáis ese 2 de tréboles? je), al duro, al dame-de-beber-cerveza-con-la-regadera-que-tengo-ganas-de-joderme-el- culo, etc. Los componentes de tal orgía fuimos: Jose, Papis, Miriam y yo mismo.

Para terminar el día hicimos lo que todo joven en Muñopepe hace: subir a la Atalaya. Yo lo asocio un poco a "subir al Valhalla". La Atalaya en cuestión es una formación granítica de unos 5 ó 6 metros de altura, donde es imposible subir si está un poco mojado(o eres un torpe como yo) a no ser que seas una cabra montesa, alguien del pueblo, o un experto escalador. Como yo no soy ninguna de las tres cosas, aunque estoy pensando empadronarme en Muñopepe, ni intenté subir el viernes. El Papis, ebrio de poder, subió por sus santos cojones, aunque también se raspó de puta madre. Miriam subió sin problema demostrándonos lo torpes que somos.

A la cama gritando.

Zzzzzzzzzzzz, zzzzzzzzzzz, roarrrrrrrrrrr, roaaarrrrrrrrrrrr, pffffff, pfffffff, zzzzzzzzz.

4 horas más tarde, arriba. El resacón es considerado por el Comité Alfa (es decir, en esos momentos yo) como medio-alto. Nos levantamos porque habíamos reservado en un restaurante para comernos un cocido. Miriam, mucho más lista que nosotros, se quedó sobando hasta las 6 como nos confesó más tarde.

Pues los 3 cadáveres del ala izquierda del Pawé, Jose, Óscar y el que escribe, fuimos para allá, donde habíamos quedado con Folles, Txiflis y Rubén para comernos un cocido. Lugar: Venta La Cosilla, Ávila.

Pues nos timaron: no era un cocido, eran 3 cocidos. Vaya montaña-bol-perolo-megacazuela de cocido nos comimos. Personalmente comí, y todos parecido: 3 platos de sopa (de pan y de fideos), 2 de garbanzos tan grandes como puños, y carne hasta que me harté. La carne constaba de: chorizo, morcilla, relleno, oreja, pata, rabo, carne en general, costilla, tocino, lengua y no sé si me dejo algo.

Aún así no pudimos terminar con todo, pero poco nos quedó.

Pues blancos como un tomate nos fuimos a dar una vuelta por Ávila y comprar la mazonza necesaria para hacer una barbacoa por la noche, que ya teníamos hambre.

Aquí se volvió a dejar sentir el efecto Nubarrón. Fuimos a echarnos un rato la siesta a casa de Jose, y nada más salir de casa, otra vez, empezó a jarrear de forma increíble. Esta vez sí que tiene el record de las lluvias caídas en Ávila. El agua saliendo de las alcantarillas como un géiser, las calles rebautizadas como ríos, el garaje de Chipo inundado y él subido en la antena con la guitarra y la canoa militar de Tarsi...Conseguimos llegar al Carrefour, no sin problemas, compramos papeo y nos fuimos para el pueblo otra vez a ingerir lo recién comprado.

Ahhhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhh. Y todo el mundo: ¿qué coño es eso? La potente música de Cypress Hill se acercaba y.................. Sí!!! Llegó la Avuela, tras la quiniela que hicimos sobre si iba a venir con o sin novia. Vino sin ella, tras hacerla el juego psicológico, con lo cual la diversión estaba asegurada.

Pues cenamos con la familia de Jose e hicimos memoria de lo que pasó el día anterior en la Peña Atlético de Madrid, a lo que Miriam, que tenía pequeñas lagunas mentales, decía: "Ay, que vergüenza". Esto se repitió también a lo largo de toda la noche, en cuanto el Papis o yo íbamos a hablar con ella y la recordábamos algo.

Cenamos como dioses y subimos a jarrearnos. Con la ingesta continua a lo largo de todo el día la cosa se planteaba difícil, y creo que realmente no estuvimos pedo, pero nos bebimos todo lo que había.

Yo tengo que reconocer que estaba un poco cansado, pero el ímpetu de la Avuela y el CD de Julio Iglesias que se sacó de la manga me reactivaron de forma admirable.

El himno ""Julio, Julio!!!"" fue gritado 200 veces a lo largo de la noche.

En ese momento irrumpieron los Txicho´s: TXI-flis y CHO-po, que nos deleitaron con un concierto programado de guitarra. Fue corto pero intenso, y gracias a que tenían ensayadas las canciones y a que Txiflis había grabado una base rítmica de batería, la cosa quedó muy bien.

Estuvimos un par de veces en la verbena, que, como no llovía pero amenazaba, se celebró en el club social, con el consiguiente calor y tufo hispano. En uno de esos momentos la Srta. Ad-hoc(ín) hizo presencia y marcó estrechamente a Jose.

Nos empezamos a calentar, y nos fuimos acercando poco a poco a las primeras filas de la verbena hasta que pasó lo que siempre pasa: el cavernícola que hay en todos nosotros salió al terreno de juego y empezaron los gritos.

Julio, Julio!!!

Tocaron el Jump de Van Halen, de forma lamentable, pero nos daba igual: nosotros sólo queríamos que tocaran alguna de Julio Iglesias, pero nada, el melenas de la orquesta no nos hizo ni puto caso.

Olíamos fatal. Empezamos a gritar "Du riechst so schlecht, dass ich dir toten will" (hueles tan mal que quiero matarme).

Vi a un doble de Agustín González, conocido actor, con papeles tan impactantes como el de cantante ciego en "La Marrana", película hiper-recomendada de Alfredo Landa y Antonio Resines. Fui a hacerme una foto con él, pero se me perdió a medio camino y nada.

Más alcohol, Benny Hill, placajes de rugby, inmolación continua, ""Julio, Julio!!!""...

8 de la mañana: a la Atalaya. Tengo que decir, y esto es reflexión personal, que creo que es un mito eso de que los jóvenes suben allí al terminar la fiesta. No he visto en estos dos años a nadie allí excepto a nosotros. Eso sí, la subida se hace entrañable resbalándote y totalmente pedo por esos riscos.

Pues para allá que subimos: los elegidos mucho más rápido que los no-elegidos, entre los que me incluyo. La vista desde ahí es espectacular, así que mereció la pena joderse los pantalones.

Pues ale, nos fuimos para casa y nos metimos en la cámara de gas a sobar. El día anterior éramos 3, este día éramos 6 en el mismo espacio.

2 x (Zzzzzzzzzzzz, zzzzzzzzzzz, roarrrrrrrrrrr, roaaarrrrrrrrrrrr, pffffff, pfffffff, zzzzzzzzz).

Para arriba! Nos vimos al paquete de Fernando Alonso, y en el momento en el que estaba en la ducha en la tercera mano de jabón oigo: "puto negro, jódete". Sí, Hamilton había jodido una rueda.

Comimos una paella y un heladito con tarta con la familia de Jose. A mi, como dije que no quería helado que no me hacía mucha gracia, me administraron una ración de medio kilo. Nos despedimos de todos. Buena gente y mejores personas.

20 minutos más tarde estábamos allí otra vez con la Metaleta, que fui a recogerla a Ávila. Devolvimos cosas, recogimos otras que se nos olvidaron, más besos, más abrazos, preguntas de "¿qué hay que hacer para empadronarse aquí?", etc.

8 chicles a la boca, el Load de Metallica en la Metaleta y para Burgos.

Llegada triunfal a la ciudad del Cid, y a la cama.

Sois un público estupendo. Nos vemos el año que viene si todo va bien. Besos y abrazos, love & respect.

Guillermo Laso

Cuando creíamos tener todas las respuestas de repente cambiaron las preguntas.